La retención urinaria es la incapacidad de orinar o el vaciado incompleto de la vejiga.
Los personas con un vaciamiento incompleto de la vejiga pueden tener aumento de la frecuencia o incontinencia urinaria.
Si el paciente es capaz de orinar, el médico mide la cantidad de orina que queda en la vejiga después de la micción.
En primer lugar es necesario extraer la orina de la vejiga con una sonda para, a continuación, tratar la causa de la retención.
Se puede producir una retención de orina debido a debilidad en la contracción de la musculatura vesical, al bloqueo de la apertura de la vejiga (obstrucción del tracto de salida de la vejiga), o a la falta de coordinación entre la contracción vesical y la relajación del músculo que cierra su abertura (esfínter urinario, ver Control de la micción). La retención urinaria es más común en los varones debido a que el aumento de volumen de la próstata puede causar un estrechamiento de la uretra (canal que lleva la orina fuera del cuerpo).
Los fármacos, especialmente los que tienen efectos anticolinérgicos, como los antihistamínicos y algunos antidepresivos, pueden causar retención urinaria tanto en hombres como en mujeres. Otras causas incluyen un acúmulo de heces duras que, al ocupar el recto, ejercen presión sobre la uretra (impactación fecal) y la vejiga neurógena (ver Vejiga neurógena) en pacientes con diabetes, esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson o cirugía previa de la pelvis en la que se ha producido una lesión de los nervios de la vejiga.
Síntomas
A veces, el paciente no puede orinar en absoluto. En tales casos, la vejiga se distiende progresivamente en unas horas a medida que se llena de orina causando hinchazón en la parte inferior del abdomen y un dolor muy intenso.
Por lo general, el paciente puede eliminar parte de la orina, pero no puede vaciar por completo su vejiga. En tales casos, la vejiga se expande lentamente sin causar dolor. Sin embargo, el paciente puede tener dificultad para iniciar la micción, un chorro de orina débil, o una sensación de que la vejiga no se ha vaciado por completo. Debido a que la vejiga se mantiene relativamente llena, puede presentar fugas de orina (incontinencia por rebosamiento), necesidad de orinar por la noche (nicturia) o micciones frecuentes. Debido a que la orina retenida puede ser un caldo de cultivo para las bacterias, se pueden producir infecciones del tracto urinario.
Diagnóstico
Si el paciente es incapaz de orinar el diagnóstico es evidente.
En otros casos, el médico trata de determinar la cantidad de orina que permanece en la vejiga después de que el paciente haya orinado tanto como le sea posible. Para ello, al acabar de orinar introduce una sonda en la vejiga para medir la orina extraída o hace una ecografía vesical para medir la cantidad de orina presente. La cantidad de orina que queda después de orinar se llama volumen residual posmiccional. Si este volumen sobrepasa la mitad de una taza (un poco más en los ancianos), existe una retención urinaria.
Se realiza una exploración física que, por lo general, incluye un tacto rectal. En los varones, el tacto rectal puede determinar si la próstata está agrandada. Tanto en hombres como en mujeres, el tacto rectal ayuda a identificar una retención fecal. Se puede tomar y analizar una muestra de orina para determinar si existe una infección. Para determinar la causa de la retención urinaria puede ser necesario realizar un análisis de sangre y pruebas de diagnóstico por la imagen.
Tratamiento
Si el paciente es incapaz de orinar, se introduce de forma inmediata un tubo de goma en el interior de la vejiga (sonda urinaria) para eliminar la orina retenida y proporcionar alivio.
A continuación se trata la causa de la retención urinaria. Los fármacos que puedan ocasionar una retención de orina deben suspenderse siempre que sea posible. Los varones con un aumento del volumen de la próstata pueden necesitar una cirugía de próstata o fármacos para reducir su tamaño (por ejemplo, finasterida o dutasterida) o medicamentos que relajen los músculos del cuello de la vejiga (por ejemplo, terazosina o tamsulosina). Los pacientes con lesiones de los nervios que regulan la contracción o la función de la vejiga pueden necesitar autosondajes periódicos o una sonda permanente. En ocasiones es necesaria la cirugía para derivar la orina desde la vejiga hacia el exterior por una vía distinta de la uretra.