En líneas generales, si padeces insuficiencia renal es mejor evitar o limitar los fritos y que los alimentos se cocinen hervidos, al vapor, a la plancha o asados. Estas son otras recomendaciones dietéticas para controlar tu patología:
Arroz, pastas, pan y cereales
Se pueden consumir una vez al día, y constituyen una buena fuente de energía, especialmente para aquellos que deban limitar la ingesta de proteínas; aunque si el paciente tiene sobrepeso o diabetes debe consultar al médico la cantidad que puede tomar. En cualquier caso, estos alimentos no deben ser integrales, ya que los productos integrales presentan un alto contenido en fósforo y potasio.
Leche y productos lácteos
Es importante recibir un aporte de calcio adecuado (en caso de que el paciente lo precise, el médico prescribirá suplementos), por lo que debe tomar leche, yogur o queso una o dos veces al día, pero siempre bajo supervisión médica, ya que la leche y sus derivados son ricos en fósforo que, al igual que el potasio, puede concentrarse en la sangre y causar problemas como picores y disminución de los niveles de calcio.
Carnes
La dieta debe ser baja en proteínas, por lo que es conveniente reducir el consumo de carnes y pescados a 100 gramos diarios.
Grasas
Son una buena fuente de calorías para aquellos pacientes que estén perdiendo peso, pero deben tomarse con moderación y preferiblemente las de origen vegetal (aceite de oliva, girasol, maíz y soja, margarina). Los alimentos que contengan grasa de origen animal, como el tocino o los embutidos, deben limitarse porque pueden elevar los niveles de colesterol.
Legumbres
Están desaconsejadas por su alto contenido en proteínas y potasio.
Frutas
Hay que tener cuidado especialmente con aquellas que tienen mucho potasio, como el plátano. Cuando el potasio no puede ser eliminado por el riñón, se acumula en la sangre y puede provocar problemas musculares (debilidad, temblores) y cardiacos. Además del plátano, otras frutas con alto contenido en potasio que es mejor evitar son el albaricoque y la uva.
Verduras
Son, junto a las frutas, los alimentos más ricos en potasio, por lo que también se deben tomar precauciones en su consumo, como dejarlas en remojo un mínimo de tres horas o darle uno o dos hervores, cambiando el agua, para que pierdan parte del potasio. Si son en conserva no se debe tomar el jugo porque contiene el potasio que ha perdido la verdura. Si se trata de verduras congeladas, es mejor dejarlas descongelar a temperatura ambiente para reducir la cantidad de potasio. No se debe aprovechar el agua en la que se han cocido las verduras para elaborar salsas o sopas.
Hidratos de carbono
No está limitada su ingesta, salvo que el paciente sea diabético u obeso, o presente alguna otra contraindicación que será valorada por el médico. Se deben, pues, consumir a diario, para aportar al organismo la energía necesaria. Los hidratos de carbono pueden ser de acción rápida, como los dulces (azúcar, galletas, mermelada, miel), o de acción lenta y, por tanto, con un aporte de energía más fácil de aprovechar, como las pastas, el pan, el arroz o las patatas.
Líquidos
Cuando el paciente sigue un tratamiento de diálisis es muy importante que controle la cantidad de líquidos que ingiere, incluyendo en este concepto no solo el agua, sino otros productos como zumos, caldos y sopas, leche, fruta, café o té y, en general, cualquier bebida. Esto se debe a que la pérdida de funcionalidad del riñón hace que se produzca retención de líquidos entre una sesión de diálisis y la siguiente, y provoca hinchazón e hipertensión. La cantidad de líquido que puede tomar el paciente está directamente relacionada con la capacidad de eliminarlo que conserve el riñón.
Sal
Los alimentos deben cocinarse sin sal porque el organismo tiene dificultades para eliminar el sodio, y su acumulación puede originar retención de líquidos y formación de edemas, incrementando la carga de trabajo del corazón, lo que podría generar insuficiencia cardiaca. En sustitución de la sal, se pueden emplear hierbas y especias para condimentar los alimentos, como laurel, albahaca, tomillo, pimienta, nuez moscada, así como aceite de oliva y vinagre.