Los cálculos renales son piedras duras que se forman dentro de los riñones. Sus riñones son órganos con forma de frijol que filtran la sangre para eliminar sustancias de desecho y producen la orina. La orina circula por las vías urinarias para salir del cuerpo. La orina sale de los riñones, pasa por los uréteres (tubos que conectan los riñones con la vejiga) y llega a la vejiga. La vejiga almacena la orina hasta que se elimina del cuerpo cuando la persona orina.
Los cálculos renales se forman al agruparse pequeños cristales minerales en la orina. Los cálculos renales pueden variar en tamaño y forma. Pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una pelota de golf; aunque es raro que sean tan grandes.
Si un cálculo renal es lo suficientemente pequeño, puede desplazarse o “salir” por las vías urinarias y fuera del cuerpo, por sí solo. En cambio, si el cálculo es demasiado grande, puede quedar atorado en el riñón o el uréter. Este resumen se ocupa solamente de los cálculos de calcio (el tipo más común de cálculos renales).
¿Cuáles son los síntomas de los cálculos renales?
Los síntomas de los cálculos renales pueden ser:
- Dolor agudo en la parte baja del abdomen (debajo del ombligo), la espalda, el costado o la ingle
- Náusea y vómito
- Fiebre y escalofríos
- Sangre en la orina
- Sensación de que pasa arena o partículas pequeñas cuando orina
- Dolor al orinar
¿Quién corre el riesgo de tener cálculos de calcio?
Varios factores pueden aumentar la posibilidad de que usted tenga cálculos de calcio:
- No tomar suficiente agua
- No recibir suficiente calcio de los alimentos que come
- Tomar o comer alimentos ricos en calcio no aumenta la posibilidad de que usted presente cálculos de calcio. En realidad, una alimentación baja en calcio puede incluso aumentar el riesgo de tener cálculos de calcio.
- Comer en abundancia alimentos ricos en oxalato (por ejemplo: espinaca, ruibarbo, frutos secos o salvado de trigo)
- Consumir en abundancia alimentos o bebidas con mucha fructosa (por ejemplo: refrescos [gaseosas], frutas, ketchup [salsa de tomate] y otros condimentos, así como también muchos alimentos enlatados o envasados)
- Tener familiares que han tenido cálculos renales
- Haber tenido cálculos renales anteriormente
¿Cómo se tratan los cálculos renales y pueden éstos volver a formarse?
La mayoría de los cálculos renales logran desplazarse o “salir” por sí solos a través de las vías urinarias; es decir, de los riñones a los uréteres (tubos que conectan los riñones con la vejiga) y de ahí a la vejiga, desde donde salen finalmente del cuerpo. Los cálculos pueden o no sentirse cuando se desplazan. En algunas personas, expulsar los cálculos puede ser doloroso.
A veces, sin embargo, los cálculos renales no pueden expulsarse solos y se quedan atascados. En ese caso, se requiere tratamiento. El tratamiento puede consistir en medicamentos para disolver los cálculos, tratamiento con ondas de choque para romperlos en fragmentos pequeños y que puedan salir con más facilidad o cirugía para extraer los cálculos.
Después de haberse expulsado los cálculos renales —por sí solos o con tratamiento— o después de haberlos extraído, éstos pueden volver a formarse. Las personas que antes tuvieron un cálculo renal son más propensas a tener otro en el futuro. Por esa razón, su médico puede recomendar medidas para ayudar a reducir la posibilidad de tener otro cálculo.