La prostatitis es una infección o inflamación de la glándula prostática. Casi el 50% de los hombres tienen algún tipo de prostatitis en su vida. La prostatitis no aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de próstata.
Hay diferentes tipos de prostatitis:
- Prostatitis bacteriana aguda. Se trata de una infección de la próstata causada por bacterias. Los síntomas de la infección comienzan repentinamente y pueden ser muy graves, hasta el punto de necesitar hospitalización.
- Prostatitis bacteriana crónica. Es una infección crónica de la próstata causada por bacterias. Los síntomas no empiezan de repente, y no son tan graves como en la prostatitis bacteriana aguda.
- Prostatitis no bacteriana. Es una inflamación de la próstata cuya causa no se conoce.
- Síndrome de dolor pélvico crónico (también llamado mialgia del piso pélvico o prostatodinia). No está causado por una infección o inflamación de la próstata. Es un trastorno doloroso crónico que puede provocar dolor en la pelvis y que se da sobre todo en los hombres más jóvenes.
Los siguientes factores de riesgo pueden aumentar la probabilidad de que un hombre desarrolle prostatitis: relaciones sexuales sin protección, agrandamiento de la próstata, trauma, cirugía o biopsia de próstata, obstrucción de la salida de la vejiga, y el paso de un catéter o un cistoscopio por la uretra.
Los signos y síntomas de la prostatitis pueden incluir:
– fiebre, escalofríos y malestar general causados por la infección bacteriana en la próstata;
– sangre en la orina (hematuria);
– ardor o dolor al orinar;
– dolor con la eyaculación;
– dolor en la zona genital, parte baja del abdomen y la espalda;
– cambio en los hábitos de la vejiga;
– necesidad de orinar con frecuencia;
– necesidad intensa de orinar;
– disminución del flujo de orina.
Si hay signos o síntomas de prostatitis se harán pruebas que pueden incluir:
– Examen físico, incluyendo un examen rectal digital. La próstata puede estar sensible o ampliada cuando se examina.
– Análisis de orina y cultivo de las bacterias que se encuentran en la orina.
– Prueba de antígeno prostático específico, que a menudo puede estar incrementado.
– Estudios de imagen de la vejiga usando ultrasonido o radiografía, para ver si el hombre está vaciando su vejiga lo suficientemente bien.