El Varicocele es una patología propiamente masculina, la más común de las anomalías anatómicas en hombres con problemas de fertilidad, que justamente afecta a los órganos del aparato reproductor.
Fue reconocido como un problema clínico hace largo tiempo, más precisamente en el siglo XVI, pero sólo desde el siglo XIX se lo relaciona con la infertilidad de algunos varones.
Al día de hoy, el Varicocele, por sí mismo, no es una patología grave. Si bien su incidencia resulta importante aparece en un 10 por ciento de los hombres jóvenes- la medicina actualmente cuenta con terapéuticas relativamente simples y efectivas para su tratamiento.
Para poder acercarnos a la problemática de esta enfermedad es necesario conocer de manera básica un poco de la anatomía y la fisiología de aquello que resulta afectado.
Fisonomía masculina
Los testículos son órganos que contienen y producen el esperma. Estos están alojados en un saco denominado escroto. El epídimo es una pequeña estructura tubular adjunta al testículo, y el reservorio en donde el esperma madura y es almacenado.
El vaso deferente conecta el epídimo con la glándula prostática y es el tubo a través del cual los espermios se transportan en el momento de la eyaculación. El cordón espermático es parte de la “malla” que contiene a las venas encargadas de transportar la sangre hacia afuera del testículo (plexo pampiniforme). Este conjunto de venas espermáticas, tienen la función de drenar la sangre de los testículos, de la epidermis y del vaso deferente y son, justamente, las comprometidas por esta enfermedad.
Algunas veces estas venas pueden volverse tortuosas y dilatadas como várices. De hecho, el Varicocele es definido como la dilatación varicosa de las venas del cordón espermático.
Se considera que la causa de esta anomalía se debe a la particularidad anatómica general de este sistema que, por su estructura, puede llegar a determinar en algunos hombres las dilataciones varicosas. También por múltiples razones anatómicas se manifiesta usualmente del lado izquierdo.
Para simplificar esta descripción podríamos decir que la consecuencia funcional del Varicocele es el impedimento que la anomalía produce en las venas para drenar la sangre del testículo, provocando de esta manera que en ellos se aloje una gran cantidad de sangre que no debería almacenarse. La sangre retorna por las paredes de estas venas en dirección contraria a la correcta como consecuencia de un problema en las válvulas que alojan. Este retorno de la sangre puede provocar una elevación en la temperatura normal del escroto, y por ende incidir en la fertilidad del esperma.
¿Cómo se descubre?
En el mayor número de oportunidades la presencia del Varicocele es reconocida de manera sencilla. Es posible que el descubrimiento provenga del mismo paciente que, en una exploración física de sus órganos sexuales, detecta la anomalía. Resulta poco común la aparición de alguna especie de dolor, pero es posible que esa sea la causa por la que un paciente consulta al médico. Otras veces, la patología es hallada por una consulta realizada por inconvenientes de fertilidad.
A través del examen físico puede observarse visualmente y mediante la palpación del escroto, con el paciente de pie, numerosos elementos intrincados, que pueden deprimirse con el tacto, cuando el especialista ejerce presión con los dedos. Esto pone en evidencia la existencia de várices. Si el paciente realiza un pequeño esfuerzo en esa misma posición, como toser, se nota la acentuación de los engrosamientos, producto del reflujo sanguíneo a las venas afectadas.