La criptorquidia (testículo no descendido) es una alteración del desarrollo de los testículos. Esta alteración provoca que uno o ambos testículos no puedan palparse en la bolsa escrotal tras el nacimiento.
Por lo general, no hay síntomas, excepto que no se puede encontrar el testículo en el escroto (lo que se puede describir como un escroto vacío). Los hombres adultos que padezcan criptorquidia pueden tener problemas de infertilidad.
Los factores que predisponen a la criptorquidia incluyen el nacimiento prematuro, bajo peso al nacer, el tamaño pequeño para la edad gestacional, los embarazos gemelares y la exposición materna a los estrógenos durante el primer trimestre, pero la presión intraabdominal también parece desempeñar un papel importante en el descenso testicular. Otras condiciones que pueden ocasionar disminución en la presión abdominal son malformaciones de la pared abdominal (onfalocele, extrofia vesical…). Todos ellos están asociados con un mayor riesgo de testículos no descendidos.
Aunque no se sabe cuál es la causa, con frecuencia se encuentran anomalías del epidídimo en los testículos que no han descendido con normalidad. El epidídimo es un conducto tubular, estrecho y alargado que se encuentra situado en la parte superior del testículo y que tiene como función recolectar y dirigir el esperma.
Los principales riesgos y complicaciones derivados de la criptorquidia son:
- Problemas de fertilidad (esterilidad): para que se formen correctamente los espermatozoides los testículos deben estar a una temperatura inferior que la temperatura corporal, de ahí su localización normal en la bolsa escrotal.
- Riesgo aumentado de cáncer de testículo: los hombres que padecen criptorquidia tienen mayor riesgo de desarrollar algún tumor en el testículo y, debido a la dificultad para palpar bien el testículo, se diagnostica más tarde.
- Hernia inguinal: por la alteración del canal inguinal.
- Menor tamaño testicular: debido a la criptorquidia pueden presentar un crecimiento anormal.
- Torsión testicular: se trata de un problema en el que el testículo puede girar sobre sí mismo y producir una interrupción de la llegada de sangre al testículo por los vasos sanguíneos, dando lugar a muerte celular y necrosis testicular. Esta torsión es más frecuente en niños con criptorquidia.
- Efectos psicológicos del “escroto vacío” en el adolescente y adulto.
El tratamiento se comienza a plantear si el testículo no desciende de forma natural durante el primer año de vida. Con el adecuado tratamiento se prevendrán total o parcialmente las complicaciones que se han detallado previamente.
Existe un tratamiento hormonal que favorece o propicia el descenso y se puede realizar como primera opción terapéutica, aunque su uso está limitado por los efectos secundarios. La cirugía, llamada orquiopexia (fijación testicular), se suele realizar a edades muy tempranas (antes de los 2 años) y es un tratamiento definitivo, aunque en raras ocasiones el cirujano pueda encontrar dificultades propias de toda una estructura que no se ha formado bien (vasos sanguíneos, epidídimo…).
La cirugía precoz ha demostrado favorecer un crecimiento testicular más normal, una fertilidad conservada y un menor riesgo de cáncer de testículo.